Los debates alrededor de la protección de los ecosistemas han estado presentes en las últimas décadas a nivel regulatorio, sin embargo, en ocasiones las respuestas que se obtuvieron desde las instituciones y la justicia ambiental no siempre fueron las más satisfactorias. En el Sur global con mayor defraudación, como fueron los casos de contaminación a consecuencia de explotación de recursos naturales.
En este sentido, el desarrollo normativo fue de tipo sectorial, a través de leyes para prevenir la contaminación, preservar la salud de los individuos, permitir la realización de actividades que puedan producir daños ambientales, conservación de la biodiversidad, entre otros.
Desde inicios de este siglo, tanto a través del ecosocialismo, así como desde el “Nuevo Constitucionalismo Latinoamericano”, se pusieron al debate otras teorías, en las que la protección de los ecosistemas se debía hacer por su valor intrínseco, y no únicamente por la repercusión que tenían en la salud humana.
Si bien es cierto, cada país ha abordado de manera diferente el reconocimiento de la naturaleza como sujeto de derechos, un elemento que cada vez se repite es la utilización de la figura de los “guardianes” en los casos de declaración de ríos como sujetos de derechos. Así sucedió en Nueva Zelanda con la guardianía compartida entre la corona inglesa y otro de la iwi de Whanganui – tribu maorí, que consta en la Ley Te Awa Tupua; por otro lado, Colombia con el río Atrato y los “guardianes del río”, población afrocolombiana que reside en sus orillas; en Perú, con el río Marañón, con guardianía ejercida de manera conjunta entre el Estado (diferentes instituciones nacionales y regionales), y las mujeres del pueblo Kukama; y, por último, en un reciente fallo en el DM de Quito, frente a la contaminación del río Machángara, un tribunal designó a las “guardianas del río” (organizaciones y colectivos) para que se encarguen de verificar el cumplimiento de las medidas de reparación.
La gobernanza de los recursos hídricos es posible tanto con una visión técnica, así como rescatando los conocimientos ancestrales y brindando mejores condiciones de vida para las personas, sin embargo, hace falta recursos para que las medidas de reparación sean efectivas y no queden simplemente como declaraciones líricas. (O)