Día del Niño

Francisco Chérrez Tamayo

Por recomendación de la Asamblea general de las Naciones Unidas, para promover su protección y su bienestar social, en el Ecuador se conmemora el día del niño, el 1 de junio. Mi homenaje en su día para todos los niños ecuatorianos, en especial para esos infantes desvalidos, desprotegidos, explotados por el destino y la sociedad; muchas veces abusados sexualmente por pederastas depravados, que, en la mayoría de casos, nunca recibieron su merecido castigo. Infantes que tienen que ganarse la vida trabajando, para conseguir algún mendrugo que aplaque su hambre, o algún harapo que mitigue su frío. Para todas esas criaturas que nacieron sin techo, protección ni abrigo; que hacen de la calle su hogar, su templo y su evangelio; que no tuvieron ayer, que en forma inaudita se sacrifican hoy, y no tienen ninguna ilusión por el mañana. Que salieron al mundo con el estigma de no ser nadie en la vida; seres de ojos profundos y meditabundos, de pupilas hurañas; niños desnutridos, de huesos desnudos, verdaderos arquetipos de calaveras al viento; que no alcanzan a comprender las injusticias y las inequidades de los seres humanos. Tienen sus pies curtidos por caminar senderos que no deben, y sus manos agrietadas por cumplir tareas encargadas por nuestra infamante comunidad. Con su carita pintada desafían el frío, el sol, la lluvia; sus maromas, el sudor y sus lágrimas no inmutan al apresurado transeúnte, que pasa raudo y frenético, sin reparar en sus suplicas y ruegos; su tierna mente no tiene la capacidad de diferenciar entre tiempo y espacio, peor entre el principio y el final de su insólita existencia. Como todos los días recorren la misma rutina, al filo de la noche se quitan el velo de su timidez, y con los primeros rayos de la luna que les mira compasiva, inhalan un poco de solución para y mitigar sus penas y calmar su apetito; se cobijan bajo la sombra que proyectan los puentes, y con el arrullo del sonido del río tratan de dormir, para soñar en un mañana diferente. Esperemos que, no sigan siendo engañados con falacias ni demagogias políticas, como ha sido la norma de gobiernos anteriores, y que estas inocentes criaturas puedan respirar un aire de sosiego, paz y esperanza, en busca de un mejor futuro. (O)

Dr. Francisco Chérrez

Médico Pediatra. Expresidente de la Sociedad de Pediatría del Azuay. Expresidente de la Federación ecuatoriana de Pediatría. Exjefe de Residentes del Hospital Vicente Corral Moscoso. Autor de libros.

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